1Nos vuelve ineficaces. Uno de los peligros de quejarse continuamente de las cosas es que alejan a la propia persona de la búsqueda de soluciones. Es decir, estamos tan pendientes de quejarnos, de mirar la parte negativa de las cosas, de enfadarnos, etc., que nuestra energía se queda “atascada” ahí y no va más allá.
Ruidoconstante, música a todo volumen y luces estridentes frente a la ventana. Es la pesadilla que, desde hace una semana, soportan a diario algunos vecinos de Vigo, para quienes la Navidad seSiembargo, las quejas vecinales por el ruido fueron más allá de la asociación del Manzanares y numerosos vecinos del Paseo del Pintor Luis Rosales se lamentaron del volumen de las actuaciones
Unode sus vecinos se acercó al local donde tocaba el piano para decirle que "tenía que tener cuidado porque no podía soportarlo más". " Le pedí disculpas y decidí escribir esta carta para
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